miércoles, 6 de marzo de 2019

Alita: Ángel de combate (2019)




 Corazón de Guerrera

Casi una década después desde que el proyecto de adaptar a imagen real el popular manga del japonés Yukito Kishiro empezara a tomar forma en la mente del afamado James Cameron, nos llega por fin su resultado en forma del primer blockbuster de ciencia ficción distópica del año. Por el camino, y debido a su largo desarrollo, Cameron tuvo que terminar delegando en el mexicano Robert Rodriguez para poder centrarse en la realización de sus dos futuras secuelas de Avatar y conformarse con la producción y la co-escritura de su guión mano a mano con Laeta Kalogridis (Terminator: Génesis).
Cameron, apasionado confeso del manga original japonés editado durante la primera mitad de los años noventa con el título de Hyper Future Vision GUNNM (y que progresivamente se fue editando durante el resto de la década en Europa y Estados Unidos ya con el nombre de Alita, ángel de combate aunque con cambios en los nombres originales de muchos de sus personajes principales como el de la propia protagonista) optó para su adaptación centrarse, salvo por algunas diferencias, en la parte inicial de la trama recogida en sus dos primeros volúmenes (de los nueve que la componían en un principio), precisamente como ya hiciera su truncada adaptación al anime estrenada en 1993 por el estudio Madhouse con dos OVAs de apenas 50 minutos de duración en total (estrenándose posteriormente en España en 1995 en el mercado del vídeo doméstico de la mano de Manga Films) y que debido a su sorpresivo fracaso comercial (aunque no de calidad) imposibilitó que el plan inicial de adaptar el resto de la obra se llevara a cabo.
El resultado es una notable amalgama de ciencia ficción cyberpunk que intenta llegar a un público mainstream sin olvidar a los fans del anime y el manga originales. Un equilibrio que parece mejor conseguido en esta ocasión que con la todavía reciente adaptación al cine de quizás el más insigne de los animes/mangas del género como fue Ghost in the Shell hace apenas un par de años. Y sin duda alguna el conservador guión de Cameron sumado a la maravilla audiovisual conseguida por Rodriguez (director ya acostumbrado a proyectos con un gran componente de efectos digitales y animación en su seno como Sin City, la saga Spy Kids o Planet Terror) afianzan un resultado positivo dentro de la siempre compleja apuesta resultante de la adaptación de un anime/manga japonés a imagen real para un público mayormente occidental, el cual puede ser conocedor o no de ese origen nipón de la historia y sus personajes.
Una adaptación que hubiera resultado imposible técnicamente hace tan solo unos años y que tan solo las más avanzadas técnicas de modelado 3-D y el mismo motion-capture la hacen posible hoy en día. Eso sumado a una muy acertada labor de casting para todos sus personajes con grandes y oscarizados actores como Christoph Waltz, Jennifer Connelly o Mahershala Ali interpretando a sus personajes principales, hacen que el guión y su historia, si bien optan por no profundizar mucho en los personajes secundarios (y eso siempre es susceptible de acarrearle ciertas críticas) fluyan con facilidad y se siga con interés a pesar de su aparente complejidad.
Un relato situado en un futuro post-apocalíptico a mediados del siglo XXVI y que nos cuenta la historia de un androide femenino desechado como chatarra en el vertedero de la no menos decadente ciudad de Iron City y rescatado por el brillante ingeniero reconvertido en doctor de cíborgs Dyson Ido (Waltz), el cual no solo reparará a la androide amnésica con cerebro humano y grandes pupilas (un guiño evidente a la estética clásica de los personajes de anime) y la bautizará como Alita sino que, empujado por el recuerdo de su fallecida hija, la adoptará como si fuera su hija al mismo tiempo que vamos conociendo el turbulento y complejo pasado y la verdadera identidad tanto de Alita (letal y avanzada guerrera cíborg proveniente de una lejana época) como del propio doctor Ido (Caza-recompensas que arrastra un dramático pasado familiar tras de sí).
Poco a poco, y en un entorno acertadamente multicultural y suburbial en donde conviven con normalidad androides y humanos, iremos conociendo también al resto de personajes, sus interrelaciones y la naturaleza ambigua o perversa de algunos de ellos como Hugo, el joven amigo íntimo y humano de Alita; el usurero y mercenario Vector (Ali); la doctora Chiren (Connelly, exmujer del doctor Ido y personaje que ciertamente se podría haber aprovechado mucho más) o Zapan (Ed Skrein, el líder del gremio de peligrosos, violentos y sin escrúpulos caza-recompensas cíborgs bautizados en la cinta y en el anime/manga original como Cazadores-Guerreros) así como que todos ellos están irremediablemente ligados a Salem, la inquietante y avanzada ciudad volante que se alza sobre los cielos de Iron City como único símbolo perdurable de la antigua grandeza humana, de donde precisamente provienen la mayoría de los desechos tecnológicos vertidos sobre aquella y pieza clave en el desarrollo de la trama (además de premeditadamente reservada para una hipotética secuela) hacia la cual todos los personajes alzan la vista buscando sus sueños de futuro y la promesa de una vida mejor o la redención definitiva por su dramático y turbulento pasado.
La poca información concreta que recibimos de esa enigmática ciudad flotante así como del villano de la obra, el genio de la biotecnología Nova (interpretado por Edward Norton en poco más que un fugaz cameo), el cual actúa a modo de demiurgo omnisciente sobre Iron City y, literalmente, sobre muchos de sus personajes con implantes neuronales, así como del desarrollo de la propia historia y del uso de famosos actores como Michelle Rodríguez o Jai Courtney en cameos estelares en el violento deporte de moda en esa decadente sociedad futura, el Motorball (claramente inspirado en el clásico setentero Rollerball de Norman Jewison), sumado a su abierto final, dejan clara la intención y la necesidad de Rodriguez y del mismo guión de una secuela que prosiga o termine la intrincada historia que el film nos muestra. El cual, dejando de lado la introspección filosófica más propia de Ghost in the Shell y centrándose más en el desarrollo de la historia y en la evolución y empoderamiento individual de su personaje femenino principal, una Alita que pasará, cambio de cuerpo artificial mediante, de ingenua adolescente enamoradiza a letal, desafiante y vengativa guerrera reconvertida en heroína de un mundo duro y hostil, conseguirá por el camino la novedosa tarea de que el espectador se identifique y emocione con un personaje principal totalmente CGI (aunque animado y humanizado en la sombra fantásticamente por el talento de la actriz Rosa Salazar).
Así pues solo queda esperar a que este complejo, largo y costoso proyecto de más de 170 millones de dólares de sus frutos en la taquilla de todo el mundo si queremos que la dupla Cameron/Rodriguez tenga la oportunidad de realizar una muy necesaria secuela y, quien sabe, quizás así abrir la puerta a que proyectos tan largamente ambicionados por Hollywood y fans al mismo tiempo como la adaptación a imagen real de Akira, la magna obra de Katsuhiro Otomo, puedan alguna vez llegar a ver la luz del día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario