El héroe desgarrado
No cabe duda de que la franquicia
X-Men de Marvel ha encontrado en uno de sus más populares héroes, Lobezno, a su
más exitoso estandarte cinematográfico hasta la fecha. Prueba de ello es no
solo su presencia en la aclamada trilogía sino también en la precuela sobre el
personaje que se estrenó hace ahora cuatro años.
Esta nueva encarnación en
solitario de Lobezno se diferencia ampliamente y para bien de la citada
precuela en muchos y variados aspectos. Para empezar no es una película de
superhéroes al uso sino que prioriza durante gran parte de su metraje el
desarrollo del personaje principal y apuesta por un tono algo mas
intimista y casi crepuscular no tan habitual en los films del género, aunque
últimamente si mas socorrido como por ejemplo en la última entrega de Batman o
también, aunque mas tímidamente, en la tercera entrega de Iron Man. De hecho
durante toda esa primera parte de su metraje la cinta recuerda mas a clásicos
de temática oriental como Yakuza
(Sydney Pollack, 1974) que a una película de superhéroes, y eso es sin duda una
grata sorpresa dados los mediocres resultados observados en X-Men Orígenes: Lobezno.
Y es que el prestigioso director
James Mangold, autor entre otras de la oscarizada En la cuerda floja (2005), o las excelentes Identidad (2003) e Inocencia
interrumpida (1999), sin olvidar su brillante remake de El tren de las 3:10 (2007) deja notar su
mano durante todo el desarrollo del film, tanto en su tono como en el ritmo de
este. Por supuesto también hay acción, y bastante, pero de forma mas
equilibrada que en otras ocasiones. El argumento sigue el abrupto viaje de un
apesadumbrado Logan (Lobezno) al siempre enigmático Japón actual debido a la
relación que estableció éste en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial con el
joven militar Yashida (ahora ya un agonizante y millonario anciano) al salvarle
la vida, mientras que la línea temporal nos sitúa algo después de los
acontecimientos ocurridos en la tercera entrega de la trilogía original. Una
vez allí se encontrará con la compleja y adversa situación familiar de su
antiguo amigo debido al enorme poder empresarial que este ostentaba, no exenta
de peligros y engaños, pero también de nuevos aliados. Aunque revelar mucho más
seria destripar las sorpresas del filme.
Nos encontramos eso si con un
Hugh Jackman mas metido en su papel de Lobezno que nunca, completamente en
forma a pesar de sus ya 44 primaveras y revelándonos el lado mas íntimo,
vulnerable y atormentado del personaje. Un Logan que empieza perdido y hastiado
existencialmente en gran medida debido a la muerte de su amada Jean Grey
(Fénix) en la tercera entrega de la saga (la cual reaparecerá de forma onírica
en los momentos mas dramáticos del filme para hacernos recordar la química
existente y que tan bien funcionaba entre Famke Janssen y el propio Jackman)
pero que a medida que avance la acción veremos evolucionar e implicarse cada
vez mas en la problemática familiar de su ya anciano amigo. Este inédito arco
dramático del personaje convertirá su viaje a la tierra del Sol Naciente no
solamente en unas peligrosas vacaciones sino en una auténtica batalla redentora
que marcará un antes y un después en la vida de Lobezno.
La confrontación entre la
tosquedad y brutalidad de Logan y la vida tradicional japonesa es uno de los
grandes atractivos del filme (y no exento de acertados y sutiles toques de
humor) pero servirá también para vehicular esa culpabilidad y soledad que
atenaza al protagonista, en gran medida gracias a su relación con la bella
Mariko (la debutante actriz nipona Tao Okamoto), la nieta de su anciano amigo y
ahora objetivo principal de la Yakuza. Esa
relación marcará a Logan y le hará recuperar la fe en si mismo para enfrentarse
no solo a su trágico pasado sino también a su auténtica naturaleza de héroe y
soldado al servicio de los mas débiles, de Ronin sin amo. Una difícil redención que pondrá
a prueba su propia inmortalidad pero también su capacidad para regenerar no
solo su cuerpo sino también su espíritu.
James Mangold consigue así, con un planteamiento no excesivamente original basado en el arquetipo del viaje del héroe, la mejor radiografía de Lobezno hasta la fecha. Si bien es cierto que posee también algunos puntos flojos como la superficialidad en el diseño de personajes de algunos villanos como la mutante Víbora (interpretada por la actriz rusa Svetlana Khodchenkova) o Shingen (con el rostro del famoso actor japonés Hiroyuki Sanada) por otro lado acierta plenamente en el tono general y la visión introspectiva del héroe juntamente con la correcta elección de cásting, incluida la divertida compañera de Logan Yukio (Rila Fukushima).
The Wolverine (en su título
original) termina así por configurarse no solo como un sólido filme no exento
de vibrantes y violentas escenas de acción que satisfarán sin duda a todo
aficionado a los X-Men en general y a Lobezno en particular, sino también como
un interesante ejercicio narrativo de diseño del héroe que todo aficionado a
los cómics o a la traslación a la gran pantalla de sus personajes no debería
perderse.James Mangold consigue así, con un planteamiento no excesivamente original basado en el arquetipo del viaje del héroe, la mejor radiografía de Lobezno hasta la fecha. Si bien es cierto que posee también algunos puntos flojos como la superficialidad en el diseño de personajes de algunos villanos como la mutante Víbora (interpretada por la actriz rusa Svetlana Khodchenkova) o Shingen (con el rostro del famoso actor japonés Hiroyuki Sanada) por otro lado acierta plenamente en el tono general y la visión introspectiva del héroe juntamente con la correcta elección de cásting, incluida la divertida compañera de Logan Yukio (Rila Fukushima).
Ahora solo queda esperar ya hasta el año que viene para volver a ver a los mutantes al completo en acción, incluido como no, el salvaje Lobezno en lo que será su sexta incursión cinematográfica de la mano nuevamente de Bryan Singer.
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