viernes, 17 de agosto de 2012

Metal: A Headbanger´s Journey (2005)



Viaje metálico

El joven director canadiense Sam Dunn, junto con Scot McFadyen, antropólogo además de headbanger convencido, ofrece con este interesante documental (del cual rodaría su continuación Global Metal en 2008) una perspectiva analítica global del género, tanto a nivel musical como sociológico.
Siguiendo la estela (aunque alejándose de su punto de vista) de un clásico en el mundo del cine documental musical como es el The Decline of Western Civilitzation part II: The Metal Years de la directora norteamericana Penelope Spheeris (1988), Sam Dunn emprende un viaje alrededor del mundo a modo de road movie metálica partiendo de una tesis simple que vertebra todo el documental: Por qué el gran público tiene una visión del heavy metal tan estereotipada? Por qué esa visión es meramente un cliché que generalmente y salvo honrosas excepciones, no se asemeja para nada con la realidad? Dicha tesis se convierte en el eje principal de la película, y sobre ella giran todos los capítulos en los cuales se divide: orígenes, masificación, satanismo, machismo..
Obviamente la subjetividad, en mayor o menor medida, siempre está presente en cualquier perspectiva y los gustos personales del director y quizás también ciertas dificultades externas fuera de su alcance impiden que ciertos grupos no sean tratados y analizados con la profundidad que se merecen. Sería el caso de la importancia central ofrecida a Iron Maiden y la incomprensible traslación a un segundo término de Judas Priest, a los cuales solo se les alude de forma especial en lo relativo a la orientación sexual de su líder a pesar de que curiosamente se inicie el documental con imágenes de una pequeña pieza de culto como es el Heavy Metal Parking Lot, grabado en 1986, en las horas previas a un concierto de Priest. O en el apartado femenino obviar entrevistar a Tarja Turunen, por ejemplo, o pasar casi por alto el gothic metal como género o que otros simplemente ni aparezcan.
También conviene señalar que no es un documental sobre subgéneros y estilos, y que el rápido análisis que de estos se hace resulta cuando menos confuso, poco convincente e incluso realmente equívoco en algunas ocasiones. Los puntos fuertes de Metal: A Headbanger´s Journey, y también los más divertidos, son ciertamente los relacionados con la censura (capítulo PMRC incluido), el machismo (Manowar superficialmente, y Lemmy de Motörhead) y el satanismo (Gorgoroth, Venom, Alice Cooper). Mención aparte merece sin duda el cantante y líder de Twisted Sister, Dee Snider, en su impagable comparecencia judicial ante Tipper Gore, la principal baluarte política del PMRC a mediados de los ochenta en el capítulo dedicado a la censura. Tampoco faltan Ronnie James Dio o Rob Zombie con declaraciones más que interesantes. O la parte dedicada al black metal noruego filmada en el país escandinavo. Sin olvidar las alcohólicas declaraciones del líder de Mayhem en el festival de Wacken..    
Teniendo en cuenta todos estos condicionantes, es realmente una grata sorpresa que actualmente, y con el género ya alcanzando sus 40 años de existencia, se estrene en cine (aunque sea sólo a través de festivales especializados como el dedicado al cine documental musical In-Edit) un documental digno y analítico, no exhaustivo pero ciertamente notable, sobre el mundo del heavy metal, un género global y complejo con importantes implicaciones sociológicas al cual ya todos nos hallamos acostumbrados a que se menosprecie social y mediáticamente pese a su más que cuantiosa base de aficionados y die-hard fans (como el propio director) por todo el mundo.
No están todos los que son, pero seguramente si son todos los que están, y eso no es poco. Sin duda una reflexión necesaria, sincera e interesante para cualquier tipo de público aficionado al metal o simplemente a los buenos documentales musicales.

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