La oscuridad acecha a Tim Burton
En la última década la carrera
del genial cineasta Tim Burton ha experimentado una auténtica montaña rusa en
cuanto a la calidad de sus obras se refiere. Desde su descalabro de crítica con
su fallido remake de El Planeta de los
Simios en 2001 (de la cual se tardarían diez años en volver a recuperar la
franquicia) o su carísima, desangelada, aburrida, saturada visualmente y
carente de su toque personal versión de Alicia
en el País de las Maravillas en 2010 (producida por Disney) pasando por su
excesivamente infantil adaptación de Charlie
y la Fábrica
de Chocolate en 2005, estos parcialmente puntos bajos en su carrera se han
ido alternando con obras mucho mas burtonianas e interesantes en su concepto
como la maravillosa Big Fish (2003),
la genial La Novia Cadáver (2005) o la
arriesgada pero totalmente en su estilo adaptación de Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet (2007).
Pero... que ha ocurrido, acaso Tim
Burton se ha vendido? O simplemente su genio creativo ha empezado a languidecer
y a necesitar constantemente la adaptación de famosas obras preexistentes para
mantenerse a flote? Probablemente haya sido una mezcla de los dos factores, y
es esa mezcla entre lo mejor y lo mas flojo de su trayectoria, entre su toque
personal y su falta de brillantez precisamente lo que podemos encontrar en
Sombras Tenebrosas (2012), adaptación (una vez más) de la popular serie de
culto del mismo nombre emitida en USA entre 1966 y 1971, aunque prácticamente
desconocida por estos lares.
A priori todo parece inmejorable
en la ecuación Tim Burton + Johnny Depp + Michelle Pfeiffer + temática
terrorífica + estética 70´s + sentido del humor = éxito asegurado. Pero no ha
sido exactamente así. Y la culpa la tiene
precisamente esa mediocridad del film en su conjunto a la que antes se hacía
referencia. Por un lado tenemos un casting excepcional a los que hay que sumar
aparte de los ya mencionados Helena Bonham Carter (como no), Eva Green
(arrolladoramente sexy como es habitual) o Jackie Earle Haley (Rorschach en
Watchmen). Cameos gloriosos como el del famoso cantante Alice Cooper (que se interpreta
a si mismo, canta un par de temas en directo y es además amigo personal de
Johnny Depp) o Christopher Lee. Una banda sonora setentera de lujo (Deep
Purple; Black Sabbath; Iggy Pop; The Moody Blues; Elton John...), un diseño
visual atractivo y con el sello Burton en todo momento, algunas (pocas)
acertadas bromas puntuales…
¿Qué es lo que falla pues? Sin
duda alguna el guión y el diseño de algunos personajes, otrora aspectos
imprescindibles en los films de Burton y que en los últimos años este ha ido
descuidando cada vez más. El concepto en si puede resultar interesante: un
noble inglés, Barnabas Collins, emprende una nueva vida en América en el siglo
XVIII junto a sus padres. En su juventud y ya a cargo de las ricas propiedades
de su familia comete el error de romperle el corazón a su amante Angelique
Bouchard, la cual aparte de ser una bella doncella es también una despiadada bruja
que al verse despechada lo maldice de por vida a ser un vampiro y termina
enterrándolo vivo en un ataúd en donde permanecerá dos siglos hasta que sea
liberado por accidente y decida volver a su mansión en ruinas para
reencontrarse con sus descendientes…
Lo que sigue es un intento de
Burton de moverse entre la fantasía gótica, la comedia ligera y el drama
familiar, una mezcla no muy bien conseguida puesto que la cinta en ningún
momento atemoriza, ni causa carcajadas ni hace que te identifiques con ninguno
de los protagonistas, dibujados por su parte con suma superficialidad y que
salvo alguna broma puntual no logran crear un vínculo con el espectador. El
desaprovechamiento de un personaje como el interpretado por Michelle Pfeiffer
(la matriarca Elizabeth Collins) o la unidimensionalidad de una Eva Green
(Angelique Bouchard) en su salsa como
mujer fatal y diabólica no hacen sino remarcar una sensación agridulce durante su
visionado de lo que pudo ser y no fue.
A destacar también la incorrecta
comercialización del film con un tráiler que da a entender que se trata
de una comedia paródica sin más, cuando el doble componente fantástico-dramático
es bastante más preponderante que el primero a lo largo de la película. Y
quizás ese equilibrio entre incompetencias genéricas sea en el fondo algo
positivo ya que de haber sido solamente una comedia podría haber resultado mucho peor.
A la espera pues del estreno de
la próxima adaptación animada de su propio corto ochentero Frankenweenie a finales de año, podríamos finalizar con una
reflexión: Quizás con el tiempo Sombras Tenebrosas acabe cayendo del lado menos positivo de la
balanza de esta última etapa en la carrera del cineasta
americano, pero tampoco sería justo no reconocerle que pese a sus evidentes
carencias narrativas posee mas estilo burtoniano que sus últimas obras, quizás
demasiado plegadas a intereses comerciales y sin ese sello personal tan
característico que solo un genio como Burton supo imprimirle a sus ya clásicos films
de los ochenta y noventa.
Y es que, quizás, los genios también flaqueen.
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