lunes, 20 de agosto de 2012

Tim Ripper Owens: Play My Game (2009)



La carrera de Tim “Ripper” Owens es digna de una película de Hollywood (y así fue con el filme Rock Star en 2001), pero este antiguo obrero de fábrica también ha tenido que trabajar duro en el mundo del metal a pesar de haber contado con el gran golpe de suerte que le catapultase a la fama en 1996 convirtiéndose nada menos que en el substituto de Rob Halford en Judas Priest durante siete años. Primero con Winters Bane, y después de su famoso paso por las leyendas británicas, con los americanos Iced Earth (esta vez sustituyendo a Matthew Barlow durante cuatro años), Beyond Fear (con los cuales tiene previsto un segundo álbum) y ahora con Yngwie J. Malmsteen, entre otros muchos proyectos y variadas colaboraciones estelares.
Con este envidiable y lustroso currículum al bueno de Tim tan sólo le faltaba algo, un disco en solitario. Y aquí está. Play My Game es su título y también toda una declaración de principios como bien claro deja el leit-motiv de éste: “If you think you can beat me, you come play my game” 
Para ello Owens se ha rodeado de un plantel de instrumentistas de lujo como Bob Kulick, Michael Wilton, Doug Aldrich o Chris Caffery a las guitarras, Rudy Sarzo, Billy Sheehan, Marco Mendoza o David Ellefson al bajo, y Simon Wright o Bobby Jarzombeck a la batería. Todo para dar forma a un trabajo en el que Tim se encarga de todas las letras, gran parte de las composiciones y, por supuesto, de las labores vocales. En él nos encontramos una mayor variedad melódica respecto a otros de sus trabajos con otras bandas como la anterior Beyond Fear. Un Tim Owens esforzado en variar su registro no sólo centrándose en sus agudos, que los hay, aunque esa variedad no esté del todo conseguida ya que su registro es algo repetitivo en algunos de los temas. En cuanto a las composiciones en sí, hay de todo y sin duda mejoran tras unas cuantas escuchas, seguramente debido a la calidad de sus intérpretes. Pero no nos engañemos, Ripper ha mejorado pero sigue sin ser un gran compositor. Hay buenos temas sin duda como el que abre el disco y quizás el mas melódico, Starting Over (con un tono algo nostálgico) The Cover Up, uno de los temas mas agresivos e inspirado en los sucesos ufológicos de Roswell en 1947, No Good Goodbyes, una de las mejores canciones del disco y de las que mas enganchan, la propia Play My Game, un tema furioso y que también engancha con su estribillo, o Death Race, un corte mas rápido y heavy.
Por otro lado también hay canciones más mediocres como Believe, con unas letras muy tópicas y con una cierta reminiscencia al Demolition de Judas Priest; It Is Me, igual de tópica aunque con algunos de los mejores agudos del disco; The Light, cañera pero floja en cuanto a composición igual que Pick Yourself Up. Los dos temas más largos, The World Is Blind (sobre los conflictos bélicos en el mundo) y The Shadows Are Alive (con clara influencia de Judas Priest y Black Sabbath) a pesar de que tampoco suenan muy originales consiguen por lo menos enganchar tanto por los solos como por el propio trabajo vocal de Owens.
En definitiva, Play My Game es un álbum variado, muy bien interpretado a todos los niveles, que gustará a sus fans, pero igual que ocurría con el disco de Tim con Beyond Fear, no consigue sobresalir en cuanto a la brillantez de sus composiciones, le falta ese punto que convierte a un disco mediocre en una obra especial y recordada. Quizás no sea ese el fuerte del señor Ripper, pero sabedor sin duda de que ningún cantante graba mas de dos discos seguidos con el genio sueco de las seis cuerdas, Yngwie Malmsteen, quizás haya precipitado un poco la salida de este álbum para irse abriendo un camino propio que puede que necesite a corto-medio plazo. 
Aunque, ciertamente, a Tim Owens nunca le han faltado propuestas de primer nivel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario